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“La primera etapa es de detección, donde nos aseguramos de que el envase sea
de PET y polipropileno. Luego se dirige hacia a mecanismo en el cual se pincha
la botella para sacarle el aire, se aplasta parcialmente y por último atraviesa una
serie de cuchillas que la trituran”, explica Fasani a la Agencia CTyS.
Lo que distingue a esta maquinaria es que el material debe alcanzar un tamaño
de menos de siete milímetros de lado para, en última instancia, pasar por los ori-
ficios del tamiz y poder ser almacenado en una bolsa de residuos. “Esto garantiza
una mejor utilización del espacio y, una vez que cambiamos la bolsa, llamamos
a la cooperativa que trabaja en la zona para que se ocupen del traslado hacia las
plantas de reciclaje”, detalla el diseñador.
La idea, según Fasani, fue “acercar a los usuarios la posibilidad de transformar el
producto, y que sean conscientes de que las cosas que uno tira al tacho de basura
no desaparecen, sino que es un material que puede convertirse en nuevos pro-
ductos”. Por ello, PETIT está pensada para espacios públicos, patios de comida y
estaciones de subte o tren, que son lugares donde existe un consumomasivo de
botellas PET. “Ya hemos sido contactados por municipios y empresas privadas
que se interesaron por el proyecto”, asegura Fasani.
Actualmente, los diseñadores se encuentran a la espera del financiamiento que
les permita fabricar una primera serie de máquinas para instalarlas en los espa-
cios públicos y así fomentar esta opción ecológica de reciclaje.
Fuente: Tiempo Patagónico
Lo que distingue a esta
maquinaria es que el
material debe alcanzar un
tamaño de menos de siete
milímetros de lado para, en
última instancia, pasar por
los orificios del tamiz y poder
ser almacenado en una bolsa
de residuos.