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podemos pensar que la información táctil ejerce una impor-

tante influencia sobre las emociones (y las decisiones) de los

consumidores.

La temperatura del envase ayuda a definir la experiencia del

consumidor. En nuestra piel también hay receptores encar-

gados de la termosensación (interpretan la temperatura de lo

que entra en contacto con nuestra piel). Aquí es interesante

pensar en qué casos es ventajoso comunicar la temperatura

del producto. Si pensamos en una bebida gaseosa, en una

cerveza, o en una botella de agua, es ideal que el producto

esté frío y se sienta frío. Pero no queremos quemarnos cuan-

do sostenemos una taza de café. Es posible que la tempe-

ratura del envase incida sobre qué tan refrescante es una

bebida o qué emociones sentimos al consumir un producto.

Se ha encontrado que distintos materiales pueden comuni-

car experiencias específicas (frágil, débil, placentero, cálido,

humilde, ver Schifferstein, 2009). También se ha mostrado

que la supresión de la información táctil produce la mayor

alienación entre el consumidor y el producto (Gallace y Spen-

ce, 2014). Para generar experiencias de confianza y relacio-

nes duraderas entre las marcas y los consumidores deben

pensar cada vez más en el sentido del tacto.

Envases que dispersan aromas: Un desarrollo reciente que

está presente cuando levantamos el producto de la góndola,

son los envases que dispersan un olor. Estos productos pro-

meten una nueva forma de conectar la marca con un aroma

específico. El olfato es uno de nuestros sentidos más curio-

sos. Por ser tan antiguo y estar enlazado a nuestros sistemas

de supervivencia básicos, es capaz de evocar emociones,

traer recuerdos y generar asociaciones emocionales de for-

ma casi inmediata.

Utilizando y consumiendo el producto

El momento de uso/consumo es el punto máximo de la ex-

periencia. Si no nos gusta el producto es poco probable que

lo volvamos a comprar. Aquí, el envase puede jugar un rol

importante. Hay varios elementos que forman parte del en-

vase que podemos manipular para potenciar la experiencia

de consumo: el diseño visual, el sonido de apertura o durante

el uso del producto, textura, temperatura, forma del produc-

to, e incluso el olor del empaque o que se libera al abrirlo. Sin

embargo, nos enfocaremos en el sonidogeneradopor el pro-

ducto.

El sonido del envase puede convertirse en parte del produc-

to. Axe/Lynx tiene claro que el sonido que genera el envase

no es simplemente un efecto inevitable del tipo de envase,

es parte de la marca, de la experiencia de consumo. Este se

conoce como “branding sónico”; construir una firma a par-

tir del sonido del producto o la música que acompaña a una

marca. Lo interesante de generar un sonido específico que

acompaña al producto (o que precede al momento de consu-

mo) es que puede predisponer al consumidor, en psicología

experimental esto se conoce como “priming” o “primado” en

español. El primado se puede entender como el efecto que

un estímulo (en este caso el sonido) tiene sobre nuestro jui-

cio de otro estímulo (v.g., el sabor, aroma, y calidad percibida

del producto). Éste es quizás uno de los campos menos ex-

plorados en empaques de productos pero con un potencial

inmenso, principalmente porque si el sonido lo produce el

envase, entonces es posible patentar el mecanismo que lo

produce y así proteger la firma sónica de la marca. Esto tam-

bién le permite a uno pensar en el futuro de los envases y

el uso de tecnologías digitales para desarrollar experiencias

multisensoriales a través de empaques.

El sonido también está presente cuando tenemos el envase

Diseño sinestésico de envases